En el reino vegetal encontramos muchos ejemplos de plantas que tienen mecanismos de reproducción o de dispersión que requieren la cooperación de los animales del entorno. Un ejemplo es la orquídea del género Ophrys. Se trata de una planta de la flora ibérica de flor pequeña pero muy vistosa, cuya forma imita a la perfección el aspecto de la hembra de una abeja. El macho de esa especie acude al reclamo e intenta copular con la flor. Como resultado se suele llevar adherido al cuerpo el polen de la flor que transportará hasta otras flores similares que se encuentren en las cercanías: así se consigue la polinización de estas. De esta forma el insecto es imprescindible para la polinización de la orquídea.