Orquídeas silvestres.

       A diferencia de las orquídeas tropicales, el cultivo es prácticamente imposible por métodos habituales, incluso para los aficionados a este grupo de plantas. Ello se debe a que, desde que germinan, necesitan la presencia de determinadas especies de hongos-micorrizas- que son extremadamente específicos de los sitios y condiciones climáticas donde viven las plantas, y que generalmente no pueden desarrollarse fuera de dichos lugares.

                                                        Ophrys

      Durante el verano estas orquídeas están durmientes como un bulbo subterráneo, tubérculo. Al final del verano-otoño desarrolla una roseta de hojas. También un nuevo tubérculo empieza a desarrollarse y no madura hasta la siguiente primavera, el viejo tubérculo muere lentamente. En la próxima primavera el tallo floral empieza a desarrollarse, y durante la floración las hojas ya comienzan a marchitarse.

      La mayoría de las orquídeas Ophrys vive en simbiosis con un determinado hongo.  No pueden ser trasplantadas debido a esta simbiosis. Las pequeñas hojas basales forman una roseta pegadas a ras de suelo.  Se desarrollan en otoño y pueden sobrevivir las heladas del invierno.

      Cada orquídea tiene su propio insecto polinizador y depende completamente de esta especie polinizadora para su supervivencia.  Los machos embaucados por estas flores es probable que no vuelvan ó incluso que ignoren plantas de la misma especie. Solo el 10 % de la población de Ophrys llega a ser polinizada. Siendo suficiente  para preservar la población, si se tienen en cuenta que cada flor fertilizada produce unas 12.000 diminutas semillas.

                                                              Orchis

                                                                   Anacamptis.

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