Las mariposas vuelan para conseguir alimento, para buscar pareja y reproducirse, para migrar, para defender el territorio….. pero indudablemente, una de las ventajas más importantes que les proporciona el vuelo es la posibilidad de escapar de los depredadores.
Las mariposas son susceptibles de ser cazadas en todas sus fases. En las de huevo y crisálida no pueden desplazarse en absoluto, y la oruga puede moverse, pero sin demasiadas posibilidades de huida. La mariposa adulta, sin embargo, puede eludir a sus depredadores con mayor eficacia, ya que pueden escapar volando.
Es la tipica presa que puede ser cazada por una gran cantidad de animales carnívoros. Pero en la fase adulta adquieren una capacidad que les de ventaja sobre los demás: la de volar.
En sus tres primeras etapas de vida poseen formas y colores que les permiten camuflarse y pasar desapercibidas (cripsis), o adquieren mal sabor para resultar poco apetitosas, o bien acumulan toxinas para disuadir a sus depredadores.
Sólo el que sobrevive puede reproducirse, y para vivir muchas veces tienen que salir volando. En la fase adulto no tienen ningún mecanismo de defensa, ante sus potenciales devoradores, las mariposas parecen presas fáciles, ya que carecen de todo esto. Sin embargo el vuelo irregular y aparentemente frágil que las caracteriza esconde, en realidad, una técnica muy depurada para eludir a sus captores.